He iniciado un taller de danzas afrolatinas con Johanna Jara. El taller sigue abierto y será recurrente hasta el mes de marzo de 18h00 a 20h00; se hace clase en el Híbrido Colaboratorio Cultural, que es un espacio de coworking, cafetería, pizzería, que tiene en la planta alta salas donde construir arte y cultura.
Así mismo el Híbrido funciona con el "café pendiente" que es una iniciativa que nació en Europa donde la gente entra a una cafetería y paga voluntariamente dos cafés, uno para sí mismo y otro para una persona que pueda tener frío o que no tenga hogar y tenga deseo de un café pero no tenga cómo pagarlo. No he visto otra cafetería en Quito que haga eso.
En este espacio, dentro del taller de danzas afrolatinas, aparte de liberar mucho y hacer que mi cuerpo se exprese de formas más fuertes que la actividad física promedio, he aprendido varios puntos que me gustaría detallar para que mi propia memoria no los olvide, mi cuerpo ya lleva a cuestas estos aprendizajes:
1.- Bullerengue, fue el primer ritmo que vimos, lo chévere de este taller es que nos hace partir de un centro corporal común, o de un centro motor que guía el resto del movimiento. En el caso del bullerengue es el útero. Incluso nos contó Johanna que ese ritmo lo bailaban originalmente solo las mujeres cuando perdían un bebé, o cuando habían enterrado a un bebé, o cuando querían hacer un cántico a la fertilidad. Hace círculos como recogiendo desde el útero, limpia, o absorbe desde muy dentro y luego bota lo que ya no quiere tener.
Los ritmos africanos, tienen una consigna en casi todos sus géneros, y es que la gente habla mientras baila. Como era un constante "caminar" mientras se sacaba del útero el dolor y la pérdida, el resto de la sociedad que no era negra decía: ya viene este bullerengue, en referencia al ruido o la bulla que traían las mujeres al cantar mientras los hombres tocaban. Con el tiempo el ritmo evolucionó y ahora los hombres también lo bailan. Es un ritmo muy rituálico, y dialoga con la feminidad de los seres.
Practicarlo es muy liberador, el movimiento nace del útero y de la relación que la mujer tiene con su útero. Hay un festival, el Festival de Ovejas, en Colombia, donde el bullerengue está presente.
2.- Cumbia; Johanna dice que la cumbia habría sido el sueño de Bolívar, porque no hay país en América que no la baile a su manera, y tiene derivados y maneras distintas, pero existe en todo nuestro continente.
Lo primero que nos pide es que encontremos la diferencia con el bullerengue, porque son muy parecidos. La diferencia son las gaitas y las flautas, en el bullerengue no hay eso, y todo el peso recae en la percusión, Johanna nos da los nombres de los instrumentos, pero no me los grabo.
El centro motor de la cumbia no son las caderas como popularmente se cree, sino las rodillas. Realmente el origen de la cumbia nace en los socavones, que son una especie de cuevas donde trabajaban los negros buscando piedras preciosas, por eso los hombres bailan la cumbia un poco agachados, porque los negros esclavos eran altos. Por su parte, las mujeres que originalmente bailaban la cumbia no eran negras sino indígenas, y como los socavones eran muy oscuros llevaban velas en las manos, y entre los dedos, estaban los faldones que recogían.
La cumbia nace como un coqueteo, que no sucede en el bullerengue, en el que el negro quiere meter la mano por debajo de la falda de la indígena, ella lo esquiva con la falda y de ahí nace el famoso faldeo que se utiliza en la cumbia. En términos generales sí es más coqueto que otros géneros afrolatinos, y la columna de las mujeres es más erguida porque las indígenas eran más bajas que los negros.
No significa que las negras no hayan bajado a los socavones. Es un baile exigente con las piernas, y por el casi roce entre las rodillas la cadera se mueve más, pero el origen del movimiento no es la cadera, sino las rodillas.
3.- Mapalé. Tiene el origen en un pez, que se llama de la misma manera. El pez cuando es pescado, hace ese movimiento que se usa luego en el baile. Casi es una catarsis, y su centro motor son los omóplatos.
Es complejo tomar el hilo del movimiento pensando en querer tocar los omóplatos por detrás, pero una vez que suena la música es más sencillo. Johanna nos cuenta que hay un baile muy similar que se llama Sabbá, que termina con un salto como si tomara un "algo" que regresara a la tierra al bailador o bailadora.
Hay teorías que dicen que el Mapalé hace entrar en trance a quienes lo danzan, y por eso es necesaria esa ancla a tierra, otras versiones dicen que un demonio posee a quienes bailan Mapalé, y hay quienes aseguran que han visto a las mujeres convertirse en hombres cuando se dejan poseer por el ritmo.
A mí me pareció delicioso y extenuante. Partir del centro motor omóplatos hace un movimiento muy orgánico, pero el resto del cuerpo es bastante más libre que en los otros dos géneros anteriores. Además poco a poco el cuerpo se mueve de formas que la mente no se espera, pronto te ves haciendo movimientos que no sabías que tenías.
Mucho de los movimientos africanos tienen origen en los animales, y el cuerpo los dibuja porque la danza era un lenguaje de explicación entre los esclavos. Y los símbolos que usan las manos, como machetes cortando la maleza de la selva, cuentan una historia con el cuerpo que no requiere más que ser vista para ser comprendida.
Johanna nos recomienda ver a Germani Agnosi, pero creo que me grabé mal el nombre porque no la encuentro, así que si alguien sabe el verdadero hágame saber.
La historia de esta bailarina es que estudió ballet toda su vida y se hizo experta y la mejor en este tipo de danza clásica, pero un día el baile perdió el sentido para ella y se retiró a vivir en el bosque de su país natal en el corazón de África. Ahí veía a los animales y comenzó a imitarlos, al darse cuenta que su verdadero espíritu en el baile estaba en las danzas africanas, empezó a practicarlas y les agregó ballet.
Ella es quien aplica las figuras animales en el ballet y hace más estético y más bello el lenguaje de la danza sin perder el corazón animal del centro de África.
Pronto haré la siguiente entrega de mis conocimientos incipientes en las danzas afrolatinas.
Tu siempre instruyendome aun cuando no estas cerca te quiero a montones..
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