5 sept 2016

Trump tiene razón

Leí completo (porque escucharlo me causa náusea) el discurso de Donald Trump, tanto el que dio en México, como el que dio en Arizona. Al respecto, me he quedado con más preguntas que respuestas, y el primer cuestionamiento proviene de que luego de leer todo el discurso de inicio a fin, considero salvo ciertas excepeciones, que el discurso de Trump es muy coherente y tiene argumentos muy sostenidos.

Ante todo, como latina, creo que la manera de expresarlo no es la correcta, no puedes obligar a México a pagar por el famoso muro que Trump quiere, cubra subsuelo, espacio aéreo y terrestre y si puede hasta impedir que los fantasmas pasen para Estados Unidos por su frontera sur, eso entre otras cosas es absurdo y poco pensado, por lo demás lo que Trump propone de ganar las elecciones se basa en ciertas explicaciones con papeles en mano.

Para hacerlo bien didáctico, voy a poner de espacio hipotético a Ecuador (sin motivar la xenofobia, no todos los extranjeros salen de su país porque desean). Digamos, que en Ecuador, nosotros los ecuatorianos trabajamos, pero llega un extranjero y hace el mismo trabajo que nosotros e incluso más, por menos dinero; eso genera que el empleador contrate a este personal extranjero sin importar si está completamente capacitado para este oficio, eso hace que el ecuatoriano, que cobra beneficios de ley y más por su trabajo, no sea seleccionado, y por lo tanto pierda una plaza de trabajo.

Esta plaza de trabajo perdida por un estadounidense, origina que sea un desempleado, la ley allá sostiene a los desempleados, les da dinero para que no mueran en la indigencia, pero a ojos de Trump es dinero desperdiciado, pues esta persona que ha quedado sin trabajo sí puede trabajar, solo que los cupos están demasiado llenos, es ahí cuando el estado desperdicia dinero en mantener familias completas con el dinero del estado que tranquilamente podrían sostenerse solas.

Para Trump, su lema es poner nuevamente a Estados Unidos por encima de los extranjeros, nuevamente a su gente en donde debe estar, y con los derechos que debe tener en su país; eso no está mal. Luego, y siguiendo con nuestro hipotetismo trasladado, digamos que de 100 asesinatos que se cometen en Ecuador, según las cifras, 100 son perpetrados por extranjeros (obviamente eso es falso tanto acá como allá) sin embargo, con documentos en mano, Trump demuestra como gran número de los asesinatos a estadounidenses son cometidos por migrantes, independientemente de su nacionalidad, incluso el 9/11 para Trump habría podido impedirse si Estados Unidos cambiara sus políticas migratorias.

También en su discurso habla de la irregularidad que presentan algunos países, entre ellos el mismo Estados Unidos, pues hay países que en vez de recibir a quienes han sido deportados, los envían de nuevo a Estados Unidos, y como son personajes fantasmas, no están allá ni acá, pero en la realidad siguen en las calles de Estados Unidos. Así mismo, de los datos que Trump socializa, recoge muchos asesinatos cometidos por personas indocumentadas que fueron deportadas, uno, dos, tres y hasta cinco veces, pero nunca salieron de territorio estadounidense.

En Estados Unidos, con la ley migratoria actual, cualquier persona que haya pisado territorio estadounidense y tenga un hijo allá, que será de origen norteamericano, obtiene la ciudadanía y aunque deporten a sus padres, este niño seguirá gozando de los privilegios de haber nacido en Estados Unidos, sin embargo Trump lo cuestiona, diciendo que este niño, que se ha quedado sin padres porque estos fueron deportados, necesita comer, vestirse, estudiar, y demás. Dinero que le tiene que proveer el estado, un estado que lejos de preocuparse por invertir en mejoramiento de infraestructura o de sus propios ciudadanos, se tiene que 'hacer cargo' de un hijo que 'no es suyo'.

Trasladado a Ecuador sería lo mismo, es el estado el que tiene que pagar por un niño durante su vida completa porque no tiene cómo sostenerse ya que se ha quedado sin familia, y eso elimina dinero del estado para inversiones en sus propios ciudadanos, para mí hasta ahí, el reclamo de Trump es válido. Hilary Clinton pide que no se separen familias, pues hay un aproximado de once millones de migrantes de todo el mundo en suelo estadounidense. Trump, dice que no va a dividir familias, porque si él gana la presidencia, se irán enteras deportadas.

Realmente, entre otros puntos, estos son los que considero más relevantes de la política migratoria que propende Trump, sin embargo eso es de lo positivo, de lo que estoy de acuerdo, creo que tiene razón al intentar impedir que se le dé prioridad al personal extranjero en todas las áreas, que a la manutención, desarrollo y equilibrio de sus propios habitantes, eso me parece lógico. Lo que no lo es, es la manera como pretende ejecutarlo.

Trump sostiene que cualquier persona puede entrar a Estados Unidos, siempre y cuando entre de la forma legal, dice según sus cifras (y es un secreto a voces que en América Latina conocemos bien) que de todas las personas a las que la visa se les caduca, son muy muy pocos, cada vez menos, los que vuelven a sus países de origen, la mayoría ha ingresado a Estados Unidos como legal, pero permanece ahí para siempre. Dice que si alguien es deportado, debe volver inmediatamente a su país, y si quiere volver a Estados Unidos puede hacerlo, pero por la vía legal.

Si Trump gana la presidencia, ha dicho que al día siguiente va a empezar una persecución parecida desde la raíz al nazismo, a quienes no tengan sus papeles en regla. También en alguna parte dice que sabe que no todos los latinos llegan a hacer daño (cuando hablamos solo de México), pero sí cree con firmeza que el sistema de entrega de visas debe ser más estricto para que cuando llegue un extranjero y consiga una plaza de trabajo en Estados Unidos, realmente la merezca y esté lo suficientemente o más capacitado de lo que un ciudadano norteamericano estaría.

Dice que quiere crear un muro, que México pague, para impedir el paso de narcotráfico, evitar las miles de muertes en el desierto mediante estrategias coyoteras inhumanas que dejan en el camino a cientos de indocumentados que lejos de encontrar el sueño americano, encuentran la muerte. Eso es correcto, lo incorrecto es querer que ese muro tenga infrarrojos subterráneos y sea custodiado las 24 horas por cientos de agentes de policía. Tampoco está bien que a las visas se les aplique una investigación de quienes son los solicitantes de forma que cada uno quede como un delincuente registrado y observado a cada segundo de su estancia en Estados Unidos.

Luego está la otra parte, aunque yo coincido con Trump en que las políticas migratorias han generado un sistema de inseguridad, que se podría controlar si se controlan los ingresos al país de esos once millones aproximados de extranjeros, no dejo de estar del lado humano tampoco. Esto abre un debate con mucho calor que requiere de mucho terreno. Por ejemplo la condición de refugiados en el mundo.

La condición de refugiados, como ley universal sostiene que una persona en condición de refugiada (una persona o grupo de personas que salen de su país porque en su territorio su vida corre peligro), mientras haya puesto un pie en territorio ajeno, tiene protección automática y todo país del mundo tiene la obligación de acogerle, no deportarle ni tocarle un solo cabello de su cabeza por lo menos hasta que se compruebe que ha llegado a este país en condición de refugiado, nadie puede echarle.

¿Qué hacemos entonces con los millones de refugiados sirios, libios, palestinos, iraquíes, iraníes, etcétera del mundo? La ley dice que por derechos humanos se debe recibir a estas personas, pero se ha preguntado alguna vez ¿qué haríamos en Ecuador con 11 millones de migrantes?, ¿dónde los metemos? ¿qué les damos? ¿QUÉ HACEMOS con todos los refugiados del mundo? ¿No creen que las leyes de migración y amparo deben ser revisadas en el mundo?

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