5 jul 2016

El 'vandalismo' llamado grafiti III

Lo recogido sobre las opiniones de Lino acerca del grafiti, dan una tónica un poco más equilibrada de por qué este arte subversivo es confundido, es mal interpretado, es disminuido incluso por la forma de vestir de quienes se dedican al grafiti. La discriminación que parece que existiera en papeles solamente, se vive en todos los espacios de nuestra ciudad. Ya David nos hablaba en la primera entrega de la importancia de educar a los niños y jóvenes en dibujar, pintar y grafitear y Lino hablaba de la condición reaccionaria y no vandálica del grafiti.

En esta oportunidad traigo a una mujer que se dedicó mucho años a la labor del grafiti, del clásico: pinta y corre porque te atrapa la policía, y es una mujer impresionante y admirable, su voz me es importante compartirla mediante este escrito recogido y muy muy condensado de lo que me dijo Diana Borja, directora teatral, actriz independiente (en todo el sentido de la palabra) a la que algún rato que pueda le dedicaré un espacio para hablar de su contribución al arte y sobretodo al teatro. Hoy, la expongo aquí hablando del grafiti, es un mini extracto de su entrevista.

Mural realizado por 'Lino' en el cine Ocho y Medio de Quito

Para ella el arte es un acto de resistencia y por eso es anarquista en casi todo lo que puede, defiende su postura diciendo “no puedes regular una metáfora, y el arte es una metáfora”; además cree que la existencia del arte se da como algo natural, porque es una contradicción armónica, mientras exista el poder va a existir un contrapoder.

Sostiene que Quito está en una adolescencia cultural, de la que espera salir pronto, y que la inmadurez social que existe como ciudad es la que genera las peleas entre gestores y entre los poderes, luego de reflexionar un poco también considera que a los poderes no les interesa tener unidos a los revoltosos, porque eso generaría una resistencia de caos. Divide y vencerás es lo que ha llevado a los artistas a ser todos distantes entre ellos mismos.

Se apasiona sin disimular cuando habla sobre el grafiti, y cuenta con amplia sonrisa que muchos años de su vida se dedicó a esa labor; incluso casi da una clase sobre el grafiti y sus inicios, cuando Eugenio Espejo pintó la palabra libertad y fue considerado el primer grafiti en Quito; hasta la evolución al grafiti político.

Al cuestionarle sobre los grafitis sobre otras obras de arte, ella defiende a los suyos y dice que deben generarse otras lecturas al respecto, que no significa que detrás de esos hechos haya vandalismo, a veces prueban material – dice – y por otro lado, puede ser que no estén conformes con lo que viven o con lo que pasa, por eso el grafiti es reaccionario, “la gente en su necesidad de expresión inventa mecanismos”.

Concluyendo, a estas personas que realizan grafitis, a estas personas reaccionarias, antes de juzgarlas debería consultárseles sobre propuestas pro ciudad y como leen ellos lo que pasa, la mayoría son jóvenes y tienen formas de comprender los espacios de una forma distinta, no siempre maduran sus ideas y es en eso en lo que se les podría acompañar, no violentar ni hacer injerencia en sus búsquedas.

La educación debe ser un principal componente, incluso de estos mismos artistas del spray, puesto que también les ayuda un taller no como formación sino como herramientas que pueden usar, la formalidad es de la que huyen si ven que los coarta, nadie busca dañar, pero sí hacer ver lo que los demás no estamos atendiendo, el grafiti debe ser mejor comprendido.

La misma Diana me contaba que en Valparaíso que se considera la capital mundial del grafiti, cada quien encontró un espacio para hacer su arte porque no hay restricción, acá como hay restricción, entonces se violentan espacios porque no existe libertad para trabajar, Lino me decía que en muchos casos, ellos piden permiso y la gente accede, solo es cuestión de hablarlo, no de tacharlo o señalarlo con el dedo.

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