Escribo así de tarde porque estuve en el cierre ayer y hoy de la obra teatral 'Jardín de pulpos'. Ayer estuvo a repletar y hoy igual, me cuestionaba desde el otro día el papel que cumple el público en todo tipo de actividad en exposición, y recordaba lo que dice Grotowsky del teatro, que solo hace falta un actor y un espectador para que el teatro existe, eso le da a la figura del público un 50% de relevancia.
La figura de espectador, de público, siempre es minimizada cuando son tanto o más importantes que el espectáculo en sí porque son quienes lo van a recibir, sin embargo así como hay talleres de clown, de mimo, de danza y demás, nadie enseña al espectador a ser espectador, nadie le dice cómo se debe comportar o qué es lo que debe hacer. Hoy me encontraba con quienes me decía, no entendí pero estuvo lindo... el teatro no es para entenderlo, es para sentirlo; y en ello se va gratificación o desagrado.
Yo recomiendo siempre a los públicos con los que debo trabajar, que apaguen sus teléfonos celulares o cualquier otro dispositivo electrónico que no les permita ingresar a la atmósfera de la obra, porque una entra a una dimensión diferente, o otro tiempo, a otro momento mental, corporal y anímico. La luz de los teléfonos molesta de una manera terrible, cualquier artista coincidirá conmigo en que su sonido y su luz son lo más insoportable que podemos ver como actores, tal vez el público no se da cuenta de lo mucho que incomoda, que saca del personaje, lo mucho que pierde en validez un espectáculo por medio de estos dispositivos.
Tampoco se le enseña a la gente en la contemporaneidad, a entender que el teatro no es un lugar al que necesariamente hay que ir arreglado; antaño en los grandes teatros, era sinónimo de alcurnia, de clase, elegancia y no sé qué otras ridiculeces más, el estar vestido de gala para entrar al teatro; yo he visto que algunas personas conservan el ir 'decentito' pero la realidad es que el teatro es un espacio destinado a reír, a llorar, a aprender, a dudar y a recrear fantasías en la imaginación y para eso se necesita ser libre; la libertad también va en la ropa, no es necesario ir tan arreglados, claro que si así se siente mejor, pues bueno.
Comer dentro del teatro es una insana costumbre prostituida del cine y del estadio, en un cine se come, en el teatro no, a veces hay ganas de ingresar al teatro con el cafesito o con el té, pero esa es una actividad destinada para antes o después, no durante el espectáculo. Recordemos que fue gracias a estos cafés luego de actividades artístico culturales, que nace el famoso mayo del 68 en Francia, y da la apertura para movimientos alrededor del mundo, incluso ahora. Tomar café nunca será más subversivo que después de ver un buen espectáculo; más si este tiene un tinte político.
Las fotos.... ese gran problema igual que los celulares se los debemos a la grande y mágica tecnología, si la luz del celular estorba, la luz de flash, de enfoque o el simple click de una cámara fastidia, repugna, impregna de malestar y de ganas de querer ahorcar a quien saque una foto del espectáculo, porque desconcentra más que por egoísmo cultural. Disfrute del evento sin necesidad de recapturarlo completo a través de un lente, y si lo va a hacer, que sea una única vez como recuerdo, y no como fotocopia literal e íntegra de lo que se observa.
Finalmente no intente ser culto o culta, ya somos cultos porque todos tenemos cultura, lo interesante del arte es que es tan diverso que puede ser un diamante para algunos y para otros basura, y viceversa. Lo importante es ver, descubrir, dejar que los sentidos se despierten en una actividad artística, que no le hace mal a nadie cuando visite alguna exposición o un concierto o un teatro alguna vez en la vida, al contrario, sus percepciones se van a activar, sus sentidos se van a agudizar y segura se encuentra gente muy distinta y a veces guapa con la que distraer los ojos.
El arte es poesía por niveles... si es música es auditivo, si es teatro incluye casi todos, y así sucesivamente. Hoy hay capacidad para crear teatro para personas no videntes y eso es un plus. Desconéctese un ratito de lo de siempre, y conéctese un ratito con usted misma/o y verá que se da cuenta de cuán importante es su rol en un teatro.
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