20 jul 2016

Ancla de una nave destrozada

La última vez que publiqué un poema (Para mi tumba - Alejandro Flores), no puse nada más para no corromper el estilo y la imagen, la famosa métrica que sigo sin entender del todo y tampoco el sentir. Estos poemas que comparto no están en internet, son transcritos a mano de un libro de recopilación de poetas que había también recogido mi abuelo, yo les paso los que a mí me parecieron más bonitos. Yo no creo en que no hay que compartir los trabajos de otros porque es piratería, creo como Santiago Arbeláez nos enseñó en el Ecuador Jazz, que es difusión cultural pública, masiva y gratuita.

A solas – Ismael Enrique Arciniegas

Tiempo aproximado de lectura: 2'47''

¿Quieres que hablemos? Está bien. Empieza,
Habla a mi corazón como otros días…
¡Pero no!... qué dirías?
¿Qué podrías decir a mi tristeza?

No intentes disculparte; ¡todo es vano!
Ya murieron las rosas en el huerto;
El campo verde lo secó el verano
Y mi fe en ti como mi amor, ha muerto
Amor arrepentido.

Ave que quieres regresar al nido
A través de la escarcha y las neblinas;
Amor que vienes aterido y yerto,
Donde fuiste feliz… ¡ya todo ha muerto!
No vuelvas… ¡todo lo hallarás en ruinas!

¿A qué has venido? ¿Para qué volviste?
¿Qué buscas?... ¡nadie habrá de responderte!
Está sola mi alma y está triste,
Inmensamente triste hasta la muerte.

Todas las ilusiones que te amaron,
Las que quisieron compartir tu suerte,
Mucho tiempo en la sombra te esperaron
Y se fueron… cansadas de no verte

Cuando por vez primera
En mi camino te encontré veía
En los campos la alegre primavera…
Todo era luz, aromas y armonía.

Hoy todo cuan distinto… paso a paso
Y solo voy por la desierta vía,
Nave sin rumbo entre envueltas olas
Pensando en la tristeza del ocaso,
Y en la tristeza de las almas solas.

Entorno la mirada no columbra
Sino asperezas y páramos sombríos;
Los nidos en la nieve están vacíos
Y la estrella que amamos, ya no alumbra
El azul de tus sueños y los míos.

Partiste para ignata lontananza
Cuando empezaba a descender la sombra,
¿…recuerdas? Te llamaba mi esperanza,
Pero ya mi esperanza no te nombra!

¡No he de nombrarte!...¿para qué?...
Vacía está el arca, y la historia yace trunca.
¡ya para qué esperar que irradie el día!
¡ya para qué deciros: todavía,
Si una voz grita en nuestras almas: nunca!

Dices que eres la misma: que en tu pecho
La dulce llama de otros tiempos arde;
Que el nido de amor no está deshecho;
Que para amarnos otra vez, no es tarde…

¡Te engañas!...¡no lo creas!... ya la duda
Eché en mi corazón fuertes raíces,
Ya la fe de otros años no me escucha;
Quedó de ensueños mi ilusión desnuda,
Y no puedo creer lo que me dices.

¡No lo puedo creer! Mi fe burlada,
Mi fe en tu amor perdida, es ancla de una nave destrozada,
Ancla en el fondo de la mar caída

Anhelos de un amor castos, risueños,
Ya nunca volveréis!...se van… se esconden,
¿Los llamas?... es inútil… no responden
¡ya los cubre el sudario de mis sueños!

Hace tiempo se fue la primavera…
¡llegó el invierno fúnebre y sombrío!
Ave fue nuestro amor, ave viajera,
¡Y las aves se van cuando hace frío!.

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