Actuaciones
William Guachagmira – Apolo
El actor dotó a Apolo corporalmente de una exploración en nivel superior, cuenta con un registro vocal privilegiado, su centro motor son los ojos. También otorgó a Apolo una singular inocencia.
José Ignacio de Vries – Salomón
Actor de origen chileno que dio
un carácter de cómic a la obra, es de alta relevancia mencionar que el actor no
estaba complacido con la obra, no le gustaba nada de la puesta escena y lejos
de ser algo negativo, eso le dio a él la posibilidad de preguntarse ¿cómo me
mantengo en este lugar?, es así como caricaturiza al personaje y permite que
todos nos cuestionemos los roles de cada personaje.
También fue este actor el que
dotó de un universo paralelo a la obra, pues en su mecanismo de ‘soportar’ la
residencia tan exigente que tuvimos en la ciudad de Cuenca, se encargó de
pensar por qué su “hermana” en la obra, el personaje de Violeta, había sido
desterrado por él hacia el extranjero.
El actor contaba con un registro
vocal de primerísima categoría y, así mismo, tenía alta experiencia en procesos
teatrales exigentes, es de mencionar que dejó la vara muy alta para los
posteriores Salomones que tomaron la batuta, y fue su trabajo el que imprimió
el carácter de cuestionarse desde la dramaturgia, dirección y actuaciones, cómo
se debía abordar la obra, lo cual derivó en un cambio de final para la
investigación actualmente.
La interpretación del personaje
de Salomón se realizó de manera tan magistral que, a pesar de ser pensado como
el personaje ‘malvado’, el público empatizó en gran manera con él, y generaba
comicidad y ternura por lo caprichoso de su conformación.
Nadine Muñóz Cervantes – Marisol
La actriz tenía dificultades para
poder trabajar musicalmente con el personaje de Marisol, quizá pareció un poco
mayor que el personaje de Apolo, con quien más se relacionaba, porque el
peinado y el maquillaje le daban un aspecto más formal y adulto.
Casi nunca entraba a tiempo en la
música y eso obligó al personaje de Apolo a cargar casi todos los inicios de
estrofa y los inicios de canciones hacia él, eso también orilló a que las
canciones que el personaje de Marisol pudiera cantar sola fueran eliminadas.
María Milagros Ribadeneira –
Violeta
La actriz sostuvo a Violeta desde
la tristeza infinita, casi sin mayores matices, era muy parsimonioso y había un
tinte un poco plano en el trabajo. Además la actriz no cantaba, por lo que
había un alto componente de inseguridad en su trabajo. Aquí hay que mencionar
que, a pesar de que hubo asesorías vocales, realmente el equipo no contó en ese
momento con un coach vocal definido, lo que obligó a que, en la actualidad, la
obra sí tenga mandatoriamente un vocal coach.
Jonathan González – Óscar
Irónicamente este personaje, fue
interpretado de tal manera que se convirtió en el verdadero villano de la obra.
El actor que lo personificó le otorgó cinismo, y una cuota de desinterés por
cualquier tipo de tema. El actor no cantaba tampoco, así que las canciones que
por él debían ser ejecutadas tuvieron poca brillantez y debieron ser cantadas
por el elenco al completo para evitar un desfaz musical.
Posteriormente el actor tuvo un
caso de plagio a la agrupación que no pudo ser llevada a tribunales, por lo que
fue excluido de cualquier otro tipo de llamado laboral.
Cristina Figueroa – Rocío
Tanto de este personaje, como de
Apolo, se emiten pocos comentarios dado que estos actores están en la
investigación todavía, entonces sus resultados son incluidos en el marco del
presente.
Medularmente se puede mencionar
que Rocío está en una posición casi de inferioridad a Salomón, de sumisión y de
servicio que únicamente es roto por la crueldad de Salomón. Su centro motor es
el pecho, y su trabajo vocal también es bueno.
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