26 nov 2024

Lenguaje en Anhelos

La propuesta teatral que se inspira en el teatro en movimiento, y que ya explicaremos de qué se trata y cómo llegamos a ella; trabaja con tres lenguajes. Primero pretende que la exhibición de esta muestra creativa sea una serie de imágenes y sonidos que, tanto de lejos como de cerca, pero sobre todo de lejos, pueda ser percibido y asimilado por el espectador.

Eso va a ocasionar en el público que, si no está escuchando la obra porque se encuentra muy lejos del centro medular, pueda ver una imagen que provoque dentro suyo un universo y un relato, su propia historia y su propio teatro. Ojalá que algún niño o niña vea alguna de esas imágenes y un día quiera hacer teatro al crecer.

Luego está la música -o quizá está primero- pues al ser ‘Anhelos’ un homenaje a la música tradicional ecuatoriana (albazos, capishcas, yaravíes, pasillos, valses, etc.) aunque no vea la obra, y solo la escuche, vengan a su memoria recuerdos de otros tiempos, pues Ecuador tiene un gran apego a su música “vieja”, y eso es inmanente a todas las generaciones, sobre todo a los ancianos. Nos interesan los ancianos porque ya no se constituyen las artes para los ancianos, y creemos que dirigirnos a ellos y ellas, es una manera de recordarles que son muy importantes en la construcción de nuestro presente y nuestro futuro, solo podemos andar sobre los pasos que ellos y ellas nos han dejado.

Un tercer lenguaje que usamos está en las rosas de exportación, otro homenaje en un país donde históricamente se exporta petróleo, banano y cacao -en ese orden- como los máximos exponentes del producto interno bruto pero que van quedando rezagados por las exportaciones de café, de rosas, de camarón, entre otros, y que superarán largamente en los próximos años a estos tres referentes de siempre. El uso de las rosas está también pensado por colores, y se le asigna a cada personaje un color y esas rosas se reparten entre el público y decoran también los balcones, la indumentaria, los peinados y la utilería de toda la puesta en escena.

Así tenemos a Apolo de blanco por la inocencia, a Salomón de amarillo por lo narcisista, a Marisol de rojo por lo pasional, a Rocío de rosado por lo enamorada, idílica y romántica, a Violeta de lavanda o lila por lo espiritual y a Óscar en tonos naranjas como una ambivalencia entre su egoísmo y su arribismo.

Finalmente, hay que mencionar que ‘Anhelos’ tiene un guion registrado y constituido, pero la palabra aquí tiene un peso menor, porque el lenguaje verbal es reemplazado por una pregunta que es ¿cuántas maneras hay de decir las mismas cosas? ‘Anhelos’ es, por tanto, una serie de maneras y formas de hacer y decir, de decir haciendo y de hacer diciendo en distintos lenguajes que no sean imprescindibles el uno del otro, y que cuenten casi tres o cuatro obras diferentes a la misma vez, aún contando la misma historia.

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