Entre risas, en una conversación con un tinte de confianza que parece que existiera de toda la vida, conversamos con Esteban Cruz; productor musical que escogió como su rama a trabajar, el rap.
Lo ameno de la conversación, dio para que la creatividad de Esteban aportara a tal punto, que se escogió su sugerencia para el nombre de la propuesta de programa de radio que está próxima a salir (¡atentos!), porque a cada momento la atención se desviaba hacia las palomas citadinas o algún otro factor imposible de controlar. Generó que esa frase ‘regresando al punto’ fuera la referencia de sentir de nuevo lo importante, que es el arte, y que lo denotó en cada parte de esta conversación.
Casi no hubo entrevista, fue todo muy jovial y humano. Esteban cuenta cómo era en el tiempo en que para poder ser artista musical, se debía grabar en cinta de cassette, y que debía esperar a que el locutor de una radio se callara para poder grabar la canción que gustaba, y luego correr a aplastar el botón donde grabara en un cassette vacío, esa canción. Cuenta que así hacían antes las pistas los artistas, y que incluso así antes se presentaban. Que escuchar eso hoy, da nostalgia y risa, porque atrás se oyen los ecos “y corrías a grabar en el baño, donde había más silencio, con el micrófono de karaoke, además no sabías a qué hora iban a pasar lo que querías escuchar, entonces era todo un día de ponerte pilas para no perderte lo que querías”.
Luego vinieron los discmans, y luego youtube, y otras herramientas. Para ser hoy productor musical, Esteban tuvo que aprender a usar todas esas herramientas sin alguien que le enseñe, y sin manuales, y considera que eso es lo lindo de un artista que, como él, se considera independiente, porque tiene que hacer “todo uno mismo” y al tanteo aprender a utilizar todas las plataformas, incluso una consola de radio. Por eso había risas en esa conversación, porque para hacer mi programa, entre los diferentes talleres y cursos, también se aprendió a manejar una consola de radio, y pasó lo mismo, al inicio los errores, las equivocaciones, que se manda antes la pista, que se prenden los micrófonos tarde, etc. Aprender así, es muy humano, muy real.
Aunque Esteban es joven aún, su condición socioeconómica es la que le obligó a trabajar así, pero sabe que tiene más cosas que contar, que los artistas nuevos que nunca tuvieron que pasar por esas dificultades. Para él, todos los seres humanos nacen siendo artistas, pero es en la escuela donde poco a poco van restringiendo esa condición hasta matar la creatividad.
No cree en las ayudas políticas, sino en la búsqueda del propio gestor de las oportunidades, “hay que tocar mil puertas, y de esas mil, se abrirá una y para eso gastaste plata, tiempo; pero después la gratificación es mucho más grande y eso compensa”.  Dice que vivir como artista independiente es posible, pero es duro, “porque así como hay momentos en los que te pagan por un show de 30 minutos más de un sueldo básico, cosa que es muy buena, hay meses enteros en que no cobras nada y vivir esperando es duro, porque así como ganas gastas”.
Sin embargo asegura, que para un artista independiente, el pago no se trata de dinero, porque un artista puede vivir “hasta limpiando baños”, sino de lo que llena el corazón, que hace aguantar toda clase de tempestad en este oficio. Cuando se refiere a lo que la gente opina de los artistas por su vestimenta (Esteban en particular, utiliza gorra y camisetas anchas) dice que para que la gente ya no juzgue han estado luchando y lo seguirán haciendo, sabe que es duro, y cuenta con gracia cómo a veces en el bus, cuando la gente ve cómo va vestido, prefieren no sentarse a su lado, incluso algunos prefieren ir parados aunque el bus vaya lleno.
La diferencia que tienen los artistas independientes de los artistas pro industria, para Esteban está en el dinero, porque menciona que un artista pro industria puede pagar por publicidad, y darse el lujo de rechazar contratos o espacios porque no les pagan lo que ellos quieren, mientras que para un artista independiente, lo importante es darse a conocer, y le choca que hayan en la actualidad, personas que se dedican a lo mismo que él, pero porque son amigos del productor o gestor importante hacen de esto su profesión sin tener ni ganas, ni talento.
“Como artista independiente, te lanzas al mar a veces, sin saber nadar; y si llegas a 4 personas de 4000 es bueno, es gratificante” También dice que no dejaría de ser artista independiente porque el artista independiente hace “lo que se le da la gana” y no tiene que regirse ni a contratos, ni a horarios de ensayos. Además cierra diciendo que el artista de ahora, en cualquier área, debe disfrutar su momento, porque la sociedad le da un boom a los artistas, pero luego llega otro mejor, y se olvida para siempre del anterior, “como le pasó a Fausto Miño”.
La prueba viva, de que puede existir una entrevista con la que no se esté de acuerdo en todo, que no tiene que ser tensa, ni seria al punto de convertirse en aburrida. Déjenme saber lo que piensan, siempre es bueno leerlos.
 
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