Hoy almorzando con el grupo de trabajo pregunté: ¿Alguien sabe qué está pasando con el país? me refería y refiero a un tema claro de dinero. Y después de muchos análisis y pensar y argumentar, concluí que todo es cosa de hablar de la naturaleza.
El que el precio del petróleo haya caído a nivel mundial es el que tiene a todo el país, y a casi todas las naciones del globo, con los centavos exactos en el bolsillo. Acá las historias de quienes viven sin haber cobrado más de tres meses su sueldo, quienes están viviendo al día y confiando en el clásico: Dios proveerá, se multiplican todos los días. No se le paga a las instituciones ni públicas ni privadas, son contados quienes están al día con todos sus haberes.
El petróleo, que viene de la naturaleza, regulaba todo y aún lo regula. Y para más, a nosotros acá en Ecuador nos agarró un terremoto demoledor que nos dejó tambaleando aún más, en todos los posibles sentidos. Este último punto, que también es madre naturaleza, nos trajo algo bueno, y fue el darnos cuenta que a todos nos duele este país, en mayor o menor medida, de una manera o de otra, todos clamamos a las estrellas un lamento tratando de encontrar también en la naturaleza, en la madre luna, en el padre sol, una respuesta.
Luego, queriendo salir y levantarse de todos estos entramados en los que nos tiene la naturaleza, nos vuelve a visitar el fenómeno del niño, como todos los años, solo que esta vez perdura. Se supone que a la fecha el señor verano debería haber ya visitado nuestro país, pero parece que se retrasó el vuelo o canceló el concierto porque nada de nada, ahondando el problema de solvencia que como país teníamos para asignar a catástrofes o a 'imprevistos' como que el clima frío se eternice en las faldas del Pichincha.
Siendo tan importante la naturaleza, habría que replantearse, repreguntarse, reciclar, remover y rehacer la clásica y ya tan desgastada apelación a la conciencia ecológica que parece no encontrar su definitivo rellano en el que en serio alguien muy grande haga algo, así que nos toca a los 'alguienes' pequeños volver en materia reiterativa, pero única.
El mundo nos habla siempre, pero ahora nos toca el bolsillo para llamar la verdadera atención a todos. Báñese con poca agua, no gaste agua al cepillarse los dientes, apague las luces que no use, use el papel de escribir por ambos lados, no tale los árboles, no mate a los animales, no bote basura o por lo menos no tanta, no tiene mucho que ver con dinero eso, en apariencia... A ver si así por lo menos estamos medio listos cuando nos explote el Cotopaxi.