30 nov 2016

Libros ojeados de noviembre

Es nueva… la sensación de leer un libro adolescente cuando ya no se es más una adolescente, y sentir que una vez en la relectura una encuentra cosas que no estaban la primera vez. Mi primer libro de noviembre es Pactos solitarios de Lucrecia Maldonado; es un libro que le mandaron a leer a mi hermana cuando estaba en el colegio, tengo cuatro años de diferencia con mi hermana, y tomé aquella vez por casualidad ese libro.

Han pasado más de doce años, y recuerdo que cuando lo encontré por primera vez y lo leí, me pareció bueno. Ahora, que yo doy clases, encontrarme con este libro no pudo menos que sacarme unas lágrimas, por todo. Narra las historias entrecruzadas de cuatro personajes de un colegio que podría ser cualquiera; Laura, la profesora de literatura, Marcelo, un alumno de sexto curso al que le queda poco que vivir en el colegio, Sebastián, de quinto curso que sufre problemas de acoso por parte de otros estudiantes, y que a su vez encuentra redención en Paula Andrea, otra chica de su mismo curso de la que está enamorado.

Me ha hecho llorar, reír, y preguntarme por qué los profesores hacemos lo que hacemos, y cómo nuestras soledades se juntan con las soledades de estos chicos a los que a veces sin querer, les dañamos o arreglamos el día, y lo mucho que ellos marcan nuestras vidas aunque no lo sepan. Un libro precioso, para acabar en dos horas, no se necesita más tiempo. Pero que nos evoca la nostalgia de un pasado remoto, de cómo éramos en el colegio, y cómo somos los que seguimos en él de alguna manera.

Dimensión del dolor fue el segundo libro del mes, un trabajo de Horacio Hidrovo dedicado por entero a la poesía, este y el tercer libro los saqué del trabajo con la fundación pues siempre en la fundación se está pensando en el incentivo de los artistas independientes ecuatorianos. Lo mejor del libro, el prólogo; es en serio, el inicio del libro que antecede a lo que una pensaría será una experiencias formidable pues es muy poético (el prólogo) y deja con ganas de más, no puedo decir lo mismo del resto del libro.

Luego llego a un libro de poesía tan distinto, y me acuerdo que la poesía se hizo para que nos identifiquemos con nuestros propios sentimientos, con nuestras propias emociones, pero a quienes no somos tan diestros en escribir, y nos sumergimos en cómo otros con mayor facilidad de palabra expresan lo que nosotros mismos sentimos, nos es mucho más feliz leer una poesía que parece que saliera de nuestros mismos corazones aunque estemos muy lejos del verdadero escritor. En este caso es escritora.

Grito dentro, grito afuera, escrito por Ruth Bazante Chiriboga, ecuatoriana. Es un canto de amor, amor a la vida, al trabajo, a la lucha social y sobre todo amor al amor, a esa cosa rara que nadie nunca puede definir y sentimos todos alguna vez en la vida y quienes somos afortunados lo sentimos más de una vez y a cada rato, a ese inexplicable acontecimiento que nos pasa dentro, ella lo saca, fuera. Un libro demasiado recomendado, demasiado bonito, y al que, lejos de querer piratear le quiero hacer difusión cultural compartiendo los poemas más bonitos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario