27 jun 2016

El arte menos importante en Ecuador II

Tal vez hablar con una artista que también es periodista, daba confianza para comenzar la entrevista. Carla Ruiz estudia en las mismas aulas por las que pasó quien escribe y, como quien escribe, también divide su tiempo entre la música (de otra manera) y la comunicación. Como artista sabe que es casi imposible dedicarse al arte sin que el mundo entero se venga encima, por lo menos al inicio.

Carlita, como cariñosamente le dicen sus amigos desde hace años, es bailarina de Hip-Hop Jazz; ella está convencida como Alex (de la entrada de ayer) de que la independencia no existe, dice que es imposible que se asignen espacios para desarrollar su talento sin que por eso se quiera a cambio, que como artista se involucre con la entidad que está “apoyando” su trabajo.

El bailar este género de danza urbana, hace que la gente no aprecie lo que hace, o no como debería, muchas veces son tachadas de vulgares o gente sin oficio. Dice que a la sociedad le falta comprensión, respeto y tolerancia; y pone como ejemplo a Panamá, donde dice que hay una academia 'gigante' de danza, y que la mayor diferencia que existe con Ecuador, es que allá, todas las escuelas de danza son un solo frente, están unidas y se llevan bien. Acá, dice, hay mucha envidia.

Carlita fue invitada a dar clases en Makano, una de las mejores academias de Danza en Panamá, pero no pudo aceptar porque su madre le dijo que primero debía terminar la carrera ‘de verdad’. Un argumento que se repite casi en todas las familias de los artistas, incluso para este trabajo, son contados, y no pasarán de tres, quienes se dediquen solo al arte; los demás, todos tienen una carrera aparte, otro trabajo, etc.

Por este tema de la independencia es que para Carla, lo único que funciona, y también lo comenta como periodista, es el periodismo comunitario, entendido como el periodismo al servicio social, porque un artista no puede costear otro tipo de publicidad. Además, el periodismo comunitario es el que permitiría, según sus palabras, conocer más a fondo lo duro de este trabajo, para ella, quienes bailan hip hop son mucho más fuertes que las demás personas tanto del medio como del mundo, y se apura en asegurar que quienes bailan un género urbano como el de ella, muestran mediante su movimiento, que aunque tienen muchos problemas, su pasión por contar historias, les hace liberar sus frustraciones y sus miedos.

El área de las artes escénicas, incluida la danza en la Universidad de las Artes en Guayaquil no funciona en su máxima capacidad desde que fue inaugurada, incluso queda aún en el limbo la propuesta del Presidente que hacía mención que, al conocer que los artistas no tienen título, la UArtes iba a considerar los años de experiencia artística para 'rivalidar' los conocimientos y como se hizo con los camarógrafos, dar un reconocimiento escrito que pueda funcionar como una carta de estudios. De eso por supuesto, aún nada.

Mañana en la tercera entrega de estas tan escuetas y superficiales que puedo subir acá, voy a plantear las alternativas que considero pueden servir, y llegaré a conclusiones un poco más sólidas. Por ahora teoricemos con la danza como con el grabado, la escultura, la pintura, el teatro y demás artes que siguen siendo un bonito discurso junto a bonanza económica, cuando no hay plata, entonces el arte se deja otra vez para el último.

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