El día de ayer, vi un post que afortunadamente fue borrado. Atacando, violentando, agrediendo, mancillando el nombre de varios hombres, acusándolos a todos de potenciales femicidas, lo cual es muy grave, porque un femicida es un cáncer misógino, un agresor, un asesino.
Lo triste de esa publicación que se compartió impunemente y sin ningún filtro, es que no había argumentos contra NINGUNO de los hombres a los que se tildaba de femicidas y menos una explicación sobre por qué se incluían sus nombres.
Me dolió y duele TANTO, porque entre los 'femicidas' tenía yo rostros conocidos (casi todos del mundo del arte) con quienes he trabajado. Pero un nombre en especial me arrancó lágrimas de rabia: Arístides Vargas.
Arístides es director del Teatro Malayerba, de la casa donde yo estudié teatro y me convertí en un mejor ser humano. Es probablemente uno de los mejores hombres que conozco y uno de los hombres más feministas en pro del feminismo que hay en el mundo del arte.
A todas esas pseudo feministas. Mal llamadas mujeres rebeldes. Dejen de hacer esto. Paren de atacar sin pruebas. Desdibujan la realidad. Nos dividen como mujeres. Hacen que no nos reconozcamos en sus reclamos porque son a costa de ensuciar el nombre de hombres sin tacha, como el negro Vargas.
Siempre me he considerado feminista, pero el feminismo se hizo para luchar por salarios dignos, por igualdad laboral y de oportunidades. NO SE HIZO PARA ATACAR A LOS HOMBRES. Una verdadera feminista sabe que necesita a hombres como Arístides para construir desde su masculinidad más y mejor feminismo.
Me da tanta vergüenza ajena leer como hay mujeres que en serio malentienden una lucha tan sagrada. Y me banco con todos los hombres que han sido atacados en pro del 'pseudo feminismo' sin pruebas. Yo te conozco negro. He trabajado contigo por años y has sido y eres mi maestro. Sé que no eres un femicida y más bien sí un real feminista.

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