He estado leyendo tres libros, pero acabé solo uno y ese es el que voy a compartir. El nombre de este libro es Don Camilo del autor italiano Giovanni Guareschi; el personaje de Don Camilo se convirtió en el más famoso del autor y tan querido por los lectores que Guareschi terminó escribiendo cinco libros más versionando la vida del cura católico.
Este primer libro de Guareschi, que se llama a secas Don Camilo, nos presenta al cura de un poblado que nunca se llega a especificar, y su accionar frente al Alcalde de este sitio, a quien se le conoce como 'Pepón' quien es un comunista que llegó al poder según Don Camilo, por medios fascistas, mientras que Pepón acusa a la iglesia de ser la fascista.
A pesar de que el personaje de Don Camilo se retrata como un hombre de Dios, que nadie se engañe, pues es más grande y fuerte que Pepón, más peleón que Pepón y el pueblo le tiene más pueblo al padre que al Alcalde. El único que puede hacer entrar en razón al pintoresco Don Camilo, es el mismo Cristo del altar, ante el cual Don Camilo siempre deberá pasar para hacer sus fechorías.
En el prólogo ya nos introduce el autor lo que leeremos con tres relatos distantes de la vida de un pueblo como cualquier otro, el primero de un bebé que está enfermo, y el padre de él acude a la iglesia amenazando al cura sobre que el bebé debe curarse esa noche o hará arder la iglesia, finalmente el bebé se salva. El segundo relato sobre un niño que crece enamorado de una chica mayor a él, y aunque la molesta y atosiga como niño, nunca deja que ella sea 'de otro' más que de él, incluso cuando es mayor. El último relato habla de un perro que es asesinado por un consorcio que construye a nombre del estado las vías del ferrocarril; luego de morir el animal, todo consorcio se aleja para siempre de construir nada, pues han afectado una vida.
Recomendadísimo libro, muy divertido retrato de la vida de un cura muy humano, nada de lo que esperaríamos sin agredir mayormente a la iglesia católica. Y de esos pueblitos que todos hemos conocido alguna vez pero no podríamos nombrar solamente uno. Pepón, un Alcalde rojo, pero no por ello mala persona, y el Cristo del Altar que lejos de ser conciencia, es sentido común.
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