Al incluir como título, libros 'ojeados', esto nunca pretende ser un análisis a profundidad de cada texto, sino más bien la apreciación personal de esas lecturas. Para esta oportunidad, ha pasado un largo tiempo y entre medio de todo ese espacio en el calendario, nutrí las lecturas que a continuación les comparto, con otras actividades que también narraré paulatinamente en esta entrada.
El principito de Antoine de Saint Exupery, es un libro que todo el mundo ha leído; no me avergüenza decir que yo no lo había leído, aunque sí me generaba un poco de presión social el saber que todo mi círculo se había contactado con este precioso relato tipo cuento, que lejos de ser una versión muy infantil de una historia ficticia, es un llamado a la inocencia del ser y a la ingenuidad de estar desnudos de mente en un mundo que nos flagela cada vez más, sobre todo a quienes exponemos nuestro corazón públicamente. Lo bueno de este libro es que nos hace notar que no estamos solos frente a la decisión de amar, y que el amor duele una y otra vez, y sigue doliendo, pero que vale la pena hacerlo.
Por razones personales, he estado interesándome cada vez más en la literatura infantil, es así como me encuentro con Terrores nocturnos, de María Brandán Aráoz de Argentina, múltiple ganadora de premios sobre cuentos infantiles. Sería interesante conocer la opinión de algún niño al respecto de esta lectura, tal vez si mi encuentro hubiera sido desde la infancia mi apreciación sería otra; lamentablemente me encontré con el libro siendo ya adulta (aunque es una justificación que le doy yo estilo excusa, porque los libros son libros y no pierden su magia nunca, aunque una tenga la edad que tenga). No me ha gustado, lo encontré previsible, monótono, poco inventivo... siento mucho si alguien discrepa. Simplemente no me ha gustado.
El enigma de los templarios, de Vignati y Peralta, fue el tercer libro del mes y debo reconocer que ha sido uno de esos libros que me dejó con la boca abierta en cada página. Comienza asumiendo que el lector ya tiene un cierto bagaje sobre el tema, y que ya conoce por lo menos un poco de los caballeros templarios. Explica y se inmiscuye de forma gradual en cómo la orden pasa de no tener nada a tenerlo todo, inclusive el amor de los monarcas de la época, hasta su creciente y final odio; cómo es primero una deificación y luego una vanalización de sus objetivos primarios.
Hace un recorrido también por otro tipo de órdenes, como la Orden de Alcántara, Calatrava, los Rosacruces, los masones, y muchas otras órdenes que con el consentimiento de la iglesia católica, imponían sus propias leyes. También se llega a una suerte de no saber si realmente fueron los caballeros los que adquirieron a voluntad tantas riquezas, o fue en nombre de la enorme gratitud que los jerarcas les profesaban que rompieron con su voto de pobreza. Realmente el libro es infinitamente interesante y un tratado fundamental para quien quiere conocer un poco más sobre estos enigmáticos caballeros que fueron santificados, herejes, mezclados con la realeza de casi todos los países europeos, e incluso reconocidos en la América Azteca como los enviados de Dios cuando llegaron con Colón a las 'nuevas indias'.
Es el primer libro que leo sobre los templarios en que no me quedan más preguntas que respuestas, siempre terminaba este tipo de libros preguntándome más cosas y prácticamente en las mismas. Muy bueno y recomendado. Si su interés va por ahí, no duden en leerlo.
Finalmente, estoy a puertas de viajar a Cuba, un sueño cumplido por todo, por mi admiración a la revolución cubana, por mi respeto a la lucha de Fidel Castro y todos sus combatientes, por ver cómo subsiste el socialismo en un mundo cada vez más capitalista y dependiente del dinero, entre otros. Así que releí El viejo y el mar de Ernest Hemingway.
Lo había leído ya en mis años adolescentes, pero ha cobrado para mí otro sentido ahora. Muy solitario, muy triste, muy desolado final en mi opinión, y poco feliz. Es como si nos introdujéramos en una profunda melancolía del autor, y entre sus dilucidaciones, diéramos con este relato fantástico más por fantasía que por fantástico en narrativa. Es cortito, pero mantiene la desesperación del lector. Si usted quiere sufrir un ratito, léaselo que en tres horas se lo termina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario