24 jun 2016

Buda explotó, ¡de vergüenza!

Ser mujer es todavía en muchos lugares del mundo, una condición de 'mala suerte'. Ser mujer implica todavía tener pelear contra la idea de que nuestro sitio es junto al marido, a los hijos y a la limpieza de la casa. Más triste es pensar que, ser mujer todavía significa en muchos sitios del planeta, el tener que enfrentarse contra las mismas mujeres que en lugar de ser un apoyo, al vivir lo mismo, son las primeras que nos atacan... que nos atacamos entre nosotras.

El feminismo, explicado en cetáceo como dice la humorista chilena Natalia Valdebenito, no es estar contra los hombres, no es ser su enemiga, no es odiarlos ni prohibirles que se nos acerquen como muchas mujeres a las que con correcto uso del lenguaje, apoyo que se llame 'feminazis' han llegado a desdibujar. Eso NO es feminismo, es odio, es repulsión, es venganza que con justificación o no, solo sigue atrayendo más misoginia en el mundo.

Feminista, es una palabra que abarca el deseo y la lucha por la igualdad de salarios hacia las mujeres cuando realizan el mismo trabajo que los hombres, porque sí, aún en este siglo dos gerentes, un hombre y una mujer, no ganan lo mismo. Feminismo es el deseo de integrar a las mujeres a todas las ramas sociales, políticas, económicas, sexuales, culturales, deportivas, etc. Los últimos juegos olímpicos, algunas mujeres de oriente medio debieron competir las pruebas de atletismo cubiertas completamente a excepción del rostro, como si eso no fuera una desventaja.

Aún en este siglo se sigue hablando de Michelle Obama por lo bien que le queda el 'look' y no por sus labores, eso siempre está en segundo plano. El feminismo desea el acceso de las mujeres de forma par a los hombres, con las mismas responsabilidades, pero también con las mismas garantías y eso no sucede. Jamás el feminismo propugna que los hombres y mujeres seamos al 100% iguales, pero sí propugna la igualdad de condiciones para ejercer la vida.

Escribir tratados de feminismo no es mi objetivo en esta oportunidad, solo quiero compartir hoy, como hago a diario, algo que encontré. Esta vez comparto una película que encontré hace algunos años, sobre las condiciones de la educación de las niñas en el mundo (sobre todo en oriente medio). Después de verla, sabrán por qué la lucha feminista es indispensable para reivindicar derechos. No hay odio en ser feminista, hay lágrimas, hay piedad, hay una solicitud casi de súplica ante un mundo que nos mira como sus enemigas aún en muchos aspectos. Les comparto, con todo el amor del que puedo hacer uso Buda explotó de vergüenza, véanla por favor.


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