Sirvan estas líneas para hacer unas reflexiones sobre la primera obra de teatro que hizo nacer el proyecto Teatro en rojo como un colectivo en el año 2022. Estoy segura que luego será una buena bitácora para reconocer el camino y en perspectiva, poder mejorarlo, evaluarlo y aprender de él. Con la infinita gratitud de todo lo que nos ha regalado hasta ahora.
A eso de marzo del 2022 una ex querida maestra de universidad -que llamaré Majo- me preguntó si seguía haciendo teatro porque tenía unas estudiantes que, para una campaña que estaban realizando como parte de su proyecto de titulación en comunicación, estaban requiriendo una obra de teatro para niños.
En ese momento yo no solo no hacía obras de teatro para niñas y niños, sino que no estaba para nada interesada en el tema. Le dije a Majo inmediatamente que no, pero que la iba a derivar con alguien que sí hiciera algo de eso, y pregunté a varios amigos y amigas, pero nadie pudo así que con muchísima pena, tuve que decirle que no podía ayudarle.
Majo insistió, obstinada y curiosa como siempre fue, yo con el inmenso cariño que le profeso, más con gratitud que con conocimiento, acepté su propuesta y me enfrasqué en inventarme una obra para niños que pudiera estar lista en menos de un mes. Al inicio pensaba en un monólogo de un cazador que se transformara en todos los animales, pero al pensarlo un poco mejor, noté que iba a ser imposible hacerlo sola.
Esa decisión me obligó a invitar a Milagros Ribadeneira a que me ayude no solo a actuar la obra, sino a crear una obra desde cero y poner la idea en escena en tiempo récord. Si bien yo tenía una vaga idea general, fue realmente Milagros la que dio una escaleta completa de la obra que yo pulí y dirigí para estar listas en algo más que dos semanas.
De ese primer periodo tengo recuerdos de mucho cansancio, trabajo, propuestas, ideas, investigaciones, improvisaciones y la anécdota de casi morar atrancada con el tostado que se comía el oso de anteojos. Así nació la voz del páramo; Paula y su amiga -las chicas que nos contrataron- estuvieron felices, nos pagaron ese mismo día y nosotras dejamos ahí la obra, era algo que habíamos hecho vivir para que fuera debút y despedida, no teníamos otro interés que cumplir con la palabra y recibir el pago por nuestro trabajo.
Poco más de un año después, La voz del páramo se convirtió en una obra que, como una bola de nieve, solo ha ascendido sin saber cuándo ni cómo. Es justamente esta obra la que da inicio a lo que ahora se llama Teatro en rojo, mi primera obra, y mi primer trabajo realizado con mi única producción.
Milagros y yo tomamos caminos separados en el trabajo, y el infortunio le dio vida de nuevo a la voz del páramo. Resulta que yo trabajaba como directora del grupo de teatro de la UTE en Quito, y había programado una especie de gira en la ciudad de Guayaquil en varios lugares con el grupo de estudiantes que tenía a mi cargo.
Dos semanas antes de emprender el viaje, recibo por llamada telefónica la notificación de que me desvinculan de la universidad y me quedo en el aire con los compromisos ya adquiridos, y con la garantía de la sala La Bota, ya entregada. Ante este giro de la vida solo pienso en una obra que podría tener lista -una vez más- en tiempo récord, esa obra era 'La voz del páramo'.
El inconveniente radicaba en que llevaba meses sin conversar con Milagros y, por motivos personales, con la decisión de no trabajar más juntas. Como código de honor le escribo para mencionarle que voy a volver a poner en escena la obra y ella da su aprobación, converso de inmediato con el nuevo elenco que la iba a actuar y ellos se emocionan como niños con la invitación. Mirando atrás, creo que es algo muy bello recibir tanto positivismo y tanto compromiso de la dupla que se hizo cargo del trabajo que antes hacíamos dos personas.
Cumplimos nuestra gira en Guayaquil, y fue como sanar una herida enorme que había abierto con Teatro en rojo, y que sanó con este viaje donde recibí respaldo, preocupación y muchísimo apoyo de mis nuevos compañeros Emanuele Mena y Alexandra Fernández, sirva este espacio para rendirles también un homenaje a ellos sin cuyos entusiasmos, este camino no sería transitable nunca más.
Luego vinieron las giras de medios, la postulación al festival para mujeres dramaturgas en Turquía -que no ganamos porque no admiten obras infantiles- y un caminar bien haciendo que me hace pensar que los sueños se construyen y caminan aún con todo en contra.
Hasta la fecha, 'La voz del páramo' se ha presentado en:
-Zoológico de Guayllabamba (campañas sé un héroe, protege la vida silvestre) - 1 de mayo del 2022
-EASE Cine camping en la mitad del mundo en Quito - 5 de agosto del 2023
-Unidad Educativa Eduardo Kingman en Durán - 8 de agosto del 2023
-Fundación Nausán en Monte Sinaí - 9 de agosto del 2023
-Unidad Educativa Monte Tabor Nazaret en Samborondón - 10 de agosto del 2023 (2 funciones)
-Sala La Bota en Guayaquil - 10 de agosto del 2023
-Primer Festival Escénico Teatral de la Asociación de Artistas Profesionales de Pichincha - 14 de septiembre del 2023
-Producción y circulación de prácticas artísticas de la Universidad de las Artes en Guayaquil - 23 y 24 de febrero del 2024
Que bestia que cansancio, que tristeza, que descontento, que alegría, que emociones distintas que me dan ganas de dejarlo todo y también de seguir dándolo todo, sobre todo luego de las funciones más tristes y difíciles. Hay veces en que no ha habido nada público, otras en que hemos llenado hasta las tapas, a veces es tanto trabajo para tan poco; a veces siento que hago miles de cosas y termina no sirviendo de tanto.
Teatro, dicen que se llama.
Cierro diciendo que caminar vale la pena aunque sea lentito, que edificar no es fácil y que me desmorono cada tanto cuando pienso en todo lo que quisiera y no es, pero que también me descubro incrédula y agradecida ante todo lo que es y nunca pensé que fuera posible.
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