12 jun 2018

La brújula errante

Este año ha sido indudablemente el más duro de mi vida, no me refiero al año 2018 como año calendario, sino al último año de edad. Hospitales, funerales, indecisiones, rechazos, desempleo. Realmente nunca pensé que podría tener un año así y lo más loco es que aún no acaba. Algunas personas me preguntan por qué me he desaparecido del blog, y no tengo una respuesta del todo honesta.

Una de mis alumnas más lindas y talentosas se graduará en los próximos días y se debate entre la pregunta de qué estudiar en la universidad; me cuestiona a mí por ayuda. Y yo estoy de nuevo en esa crisis existencial, no de qué seguir, porque terminé hace años la universidad en las dos carreras que estudié, pero siento que ahora el camino se me cruza con otras cosas y me encuentro sin dirección yo también.

Si volviéramos el tiempo a cuando yo salía del colegio hace 10 años, y me preguntaran de nuevo qué quieres estudiar, indudablemente volvería a contestar lo que seguí: Teatro, Comunicación. Las seguí ambas, ambas me gustan y sé que no me equivoqué porque fue lo que quise, y sé que el teatro y el arte es lo que amo. ¿Qué pasa entonces?

Que nunca me dediqué oficialmente a la comunicación sino a la educación, por acá me trajo el sendero y me acomoda, me gusta, me apasiona el trabajo con niños y adolescentes. Y llega el loco tema de buscar 'algo que hacer' y para hacer eso de 'educar' necesito ser Licenciada en Educación. Jamás me vi a mí misma estudiando eso, y sin duda no me veo haciéndolo ahora porque no me atrae estudiar 5 años de mi vida (otra vez) una carrera como esa.

Luego está el tema del teatro, lo amo, lo sigo practicando, y me encuentro con que no se hace válido en ninguna parte porque estudié en el Laboratorio Malayerba donde, por ética, no se entrega un título de Licenciatura al final de los también cuatro años de formación, sino un certificado de haber finalizado. Como nadie reconoce el 'título' entonces oficialmente, no tengo título de teatro tampoco.

Es una tara, porque lo que me ha dado de comer siempre, pero SIEMPRE, ha sido el teatro. Y me siento en la encrucijada de seguir la maestría y mi título apunta a un lugar donde mi brújula interna no quiere ir, nunca me vi reporteando, jamás me vi en un set de televisión. Me gusta escribir y amo la comunicación radial, en eso hice mi tesis y sé que me apasioné de algo que hoy en día, no utilizo.

La última búsqueda de trabajo que tuve fue muy breve, salí riéndome de mí misma.

Entré al centro educativo donde podían necesitar mis servicios y ni bien me paré en la puerta, me preguntó aquella mujer: ¿cuál es su título universitario? -Periodista- y esbocé una sonrisa, porque internamente sabía que la 'entrevista' había terminado.

No me arrepiento de lo que estudié, me gusta... pero no hallo qué hacer con esta nueva ola de sensaciones. Seguir una maestría en educación, tampoco es descabellado, pero no sé si me motiva eso. Arte sí, arte siempre y teatro es lo que haré de mi vida, jamás lo he dudado. Mientras tanto sigo en el limbo de no ser actriz porque mi título no tiene validez, sigo sin ser profesora, a pesar de que ejerzo hace 10 años de ello, porque no soy licenciada en educación, y no soy comunicadora, porque tengo el título (registrado en la senescyt y todo) pero nunca ejercí.

Estoy perdida, no sé bien si en una isla o de plano en otra galaxia, no me hallo ni encuentro una forma de salir, no estoy en depresión ni pienso suicidarme, pero estoy confundida, mareada y nerviosa, espero sepan entonces, perdonar mi ausencia del blog... es que no estoy aquí, ni en ninguna parte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario