3 jul 2016

El 'vandalismo' llamado grafiti I

Entre los temas que me interesaron siempre se encuentra el arte del grafiti, hoy en día puedo decir con convicción que creo que es así, que es un arte. Sin embargo en un no muy lejano pasado, yo engordaba las filas de quienes creíamos que el grafiti era una invasión al espacio público sin autorización, sin respeto por el bien común y una prostitución de emblemas como esculturas, paredes coloniales y demás.

Hice un trabajo fuerte y encaminado hacia mi objetivo que era demostrar lo vándalos, lo delincuentes, lo malandros que podían llegar a ser aquellos a quienes despectivamente llamaba grafiteros. Hoy, más de dos años después de esa investigación, aprendí que el grafiti es un arte que expresa de forma distinta un descontento social de quienes no se identifican con lo que ven ni con lo que viven, que no se representan en esas vallas publicitarias y por eso las estropean, que no se representan en las políticas que los acogen, que no se identifican y su forma de comunicar, es imprimiendo su ser sea en un tag*, stencil** o grafiti en todo lo que les rodea.

El tema genera discusión y debate y eso es lo que pretendí y pretendo con esta publicación de todo aquello que encontré mientras buscaba información del grafiti, hablé con mucha gente, sobretodo con quienes realizan esta labor. Hoy los invito a conocer un poco más del terreno de estos artistas del spray, que en algunos casos, justifican su trabajo como su forma libre y sin herir, de expresar lo que sienten.

Exhibir lleva H. Tomado del barrio La floresta de Quito

Una nueva entrega por episodios, poco a poco con un protagonista, en el capítulo de hoy: David Alcocer, ilustrador y grafitero. David piensa que acá en Ecuador es difícil salir adelante siendo ilustrador, y cuenta que tiene un hijo que tiene que comer, educarse y vestirse; él hace también grafiti y como casi todos los artistas, abarca más de un área en la que se pueda desenvolver para poder vivir.

A David le atrae la ilustración porque lo considera arte más de calle, y cree que eso le da valor al arte, le desagrada pensar que se pueda declarar alguna vez al grafiti como ilegal, porque eso acrecenta la idea de la gente de que los grafiteros son delincuentes, aunque cree que eso lo piensan los adultos mayores. Dice que a veces sale con su hijo a la calle y que lo miran como si hubiera secuestrado al niño.

No ve con buenos ojos las asignaciones de espacios por parte del gobierno, pues opina que son para los “palanqueados” o siempre se entrega a los mismos, y por eso el arte en Quito no evoluciona. “Ya pasamos de Kingman y de Guayasamín, hay más gente que tiene otra visión de arte, y ya es hora de que esa gente se tome los espacios”.  Cree que si realmente te quieren apoyar desde las altas esferas, no deben meterse en lo que haces, y más bien una forma de apoyar sin invadir sería dando materiales, haciendo talleres, creando festivales.

“Cuando yo estaba en el colegio no sabía qué hacer con mi vida, solo dibujaba en las hoja, a mí me habría servido un taller, porque hay tanta gente que no sabe qué hacer con su vida, que no se imagina que ese no saber, te puede dar de comer”, hoy David trabaja como creativo en una empresa de Relaciones Públicas. Y sostiene con razón que en los colegios se dan charlas de drogas, de sexo, pero no de arte, por gente que haga arte, y eso sería una forma de ayudar al arte, sin invadir.

Al hablar sobre el grafiti es claro “es mejor apropiarte de un espacio a que te lo den, eso es lo lindo del grafiti, así me digan vándalo, porque no busco fama, pinto por pasión”, y cuenta que la idea del grafiti es ir en las noches a buscar un espacio, aunque también entiende que debería haber más respeto. Pero piensa que su arte es imposible de encasillar o de meter en una ley “cuando las cosas se meten dentro del sistema pierden valor, nosotros nos abrimos espacios a la brava por años, por eso no permitimos que se metan en esos espacios que construimos”.

Pero es uno de los pocos que cede al pensar que lo ideal sería que como artistas, todos se unieran y pelearan por una normativa que los ayude y no los reprima “es una falsa anarquía irte en contra de las leyes, si quieres cambiar las cosas, debes cambiarlas desde adentro, porque al final esas leyes, así estés en contra, también te afectan a ti”.

El día de mañana comento sobre lo que dijo este artista con aire amplio y fresco, y serio también. Por ahora los comentarios quedan en quienes lean esto, mañana seguimos hablando del grafiti.

*Tag: Firma o rúbrica que identifica al grafitero.
**Stencil: Sello impreso en la pared con spray.

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