'Anhelos' actualmente responde a varias preguntas que se hicieron otros, y en esos otros y sus dudas reconocemos nuestras propias inquietudes -sin las que no podríamos constituirnos-, ante ellas otorgamos respuestas desde nuestro sitio de enunciación y desde nuestras circunstancias. Es ahí cuando aparece el teatro en movimiento, y una hilvanación de preguntas que otros se siguen realizando y nosotros seguimos respondiendo.
Pero, a riesgo de adelantar
demasiado el camino de la historia, es necesario dibujar de mejor manera cómo ‘Anhelos’
pasó de ser una obra constituida y exhibida a empezar a buscar otra vez y a indagar
en un nuevo proceso que abrió en nosotros también otras preguntas y otros
caminos.
André Carreira, uno de los
precursores en Brasil del teatro en movimiento -que él llama teatro invasión-,
hacía una reflexión en su taller en Quito; preguntaba lo que sucedía con estos
grandes teatros que solo se llenan (sobre todo después de pandemia) cuando se
trata de condecoraciones, actividades gratuitas, conciertos u otro tipo de
eventos alejados a las funciones de teatro. Ahora el teatro está en otras
partes, hasta en el teatro como diría el maestro también brasilero Augusto
Boal.
Es en esa inicial reflexión que
nos preguntamos si ‘Anhelos’ es realmente una obra DE TEATRO y preferimos
iniciar la exploración como una muestra creativa que se puede hacer también en
un teatro, pero que va a empezar a caminar en lo transeuntico.
Alexandra Fernández y Cristina
Figueroa, ahora directoras de calle y escénica-actoral de ‘Anhelos’, conocieron
a André Carreira en una residencia que ganaron en el año 2022 en el Festival
Internacional de Artes Vivas de Loja[1];
fueron seleccionadas de entre postulantes de todo el país para vivir 30 días de
creación bajo el mando del maestro Carreira y dos directoras que le asistirían
en la ciudad de Loja.
Para la selección de las y los
residentes, el maestro Carreira que formaba parte del jurado, planteó la
pregunta inicial de ¿cómo entiendes la ciudad?, y cuando la residencia inició;
el maestro tuvo un percance con su trámite universitario que le impedía salir
de Brasil, por lo que la residencia quedó a cargo de las directoras que
asistirían al maestro.
Eso desembocó en una dirección
on-line que funcionaba más o menos así: el maestro daba pautas, que las
directoras entendían y traducían a sus propias circunstancias y las proponían a
las y los actores quienes, también interpretaban lo que mejor entendían de las
pautas dadas, y eso resultaba en una creación inédita en medio de una ciudad
que no nos pertenecía y no conocíamos de nada.
La tónica del festival de Loja en
ese año tenía que ver con la memoria, y en 2023 heredó de Carreira
los encuentros en movimiento por lo innovador de la propuesta que no se pudo
llevar a cabo en su totalidad, por esta imposibilidad del maestro de viajar.
La obra, sí tenía una dramaturgia
que partió desde las consecuencias de las creaciones colectivas.
Para las y los actores que
hicieron la residencia, incluyendo Alexandra y Cristina, fue una posibilidad
preciosa, poderosa y tremendamente rica de probar ideas que jamás habían sido
pensadas, ni propuestas en el país o mucho menos en sus formaciones actorales.
Fueron 15 días iniciales de
conocer la ciudad, armar diferentes rutas, conocer las dinámicas de las y los
habitantes de esos espacios, de mirar las construcciones como posibilidades, y
de idear -todavía sin textos y sin dramaturgia- una relación entre seres
desconocidos, para caminar hacia una idea común. También Cristina y Alexandra
se conocieron allí en Loja.
Después de esos primeros 15 días,
todos volvimos a nuestras respectivas ciudades, y en medio de ello Cristina
planificaba su siguiente residencia: ‘Anhelos’ en Cuenca.
Es así como esta primera parte de la residencia en Loja deja una huella
presente en su manera de concebir el teatro, pero no hay impacto sobre
‘Anhelos’ hasta el retorno a los 15 días finales de residencia.
Para la segunda parte de la
residencia de Loja, hubo también 15 días en medio para que los tres directores
puedan escribir el texto de la obra que íbamos a poner en escena, esta se
denominó ‘Alicia a través del olvido’ y recorría las calles Lourdes que es
una emblemática calle patrimonial en la ciudad de Loja y muy reconocida dentro
del festival de la ciudad; la calle Simón Bolívar -del ala derecha de la
plaza de San Sebastián- y la calle Alonso de Mercadillo.
La obra se concebía como imágenes
que se puedan mirar a larga distancia, donde estaba claro que no toda la gente
iba a trasladarse con los actores hacia el final, sino que iban a ver escenas,
si se encontraban con ellas en medio de su natural traslado por la ciudad, es
ahí donde reside el carácter transeuntico de la obra, al hacer que la gente vea
si desea o no toda la obra, y camine si desea o no, con las y los actores por
las tres calles y la plaza sobre la que se realizaría la obra.
Sobre el texto, la obra tenía un
guion constituido, todos los actores tenían parlamentos que decir, pero la
consigna estaba en que, si dos o tres personas escuchaban la poética de los
textos, era suficiente.
Cuando la residencia en Loja
terminó oficialmente con las dos exhibiciones que se realizaron, Cristina llegó
a Cuenca a montar ‘Anhelos’ y Alexandra se trasladó a Ambato, pues no
pertenecía todavía al elenco de ‘Anhelos’.
Después de presentar en el teatro
Pumapungo de Cuenca la obra de teatro ‘Anhelos’, el año terminó y en el mes de
enero el maestro Carreira notifica que llegaría a Quito a impartir un taller en
la Universidad Central del Ecuador y, al sentirse en deuda con las personas de
la residencia, nos convoca a vivir un taller presencial en la ciudad, por cinco
días. A este taller, asiste casi todo el personal que estuvo en la residencia
de Loja, incluyendo a Cristina y a Alexandra.
Vivir esta experiencia fue
significativa porque habría cambiado completamente lo que las y los actores
realizaron en Loja, y el maestro compartió realmente cuál era su idea. Ante la
imposibilidad de retroceder el tiempo, solo quedaba recoger y guardar este
nuevo aprendizaje, y es ahí cuando Cristina, absolutamente movilizada por las
nuevas experiencias y preguntas: (¿cómo me mantengo aquí [en este ejercicio, en
esta obra]?, ¿cómo entiendo la ciudad?, ¿dónde está el teatro ahora?, ¿qué
sucede con los grandes teatros que ya no exhiben obras de teatro?, etc.) se
plantea la posibilidad de remontar ‘Anhelos’ con una propuesta que jamás habría
concebido antes de conocer al maestro Carreira.
Como se ha mencionado en la investigación del pasado, el final de la construcción de ‘Anhelos’ fue
caótico y generó unas heridas en las relaciones interpersonales del elenco que
hizo mella en todos, sobre todo en Cristina, por lo que el equipo tanto actoral
como de producción debió ser cambiado al completo, y donde el actor que
personificó a Apolo fue el único al que se le solicitó retornar. En esta nueva
convocatoria de actores, Cristina invita a Alexandra Fernández -que ya había
hecho casting para participar en ‘Anhelos’- a ser parte, y a codirigir la
propuesta que esta vez se realizaría bajo los lineamientos aprendidos con el
maestro Carreira.
En esta nueva entrega de la investigación actual se abordará la poética, el lenguaje, la pedagogía, la teoría, el análisis, la crítica, la historia, el estudio de otras obras similares en contenido o formato, el marco teórico-práctico, el marco metodológico, los nuevos objetivos y las nuevas preguntas de investigación que movilizan este rezurcir de ‘Anhelos’.
[1] Perfil de André Carreira dentro del FIAVL 2022, disponible en: https://www.culturaypatrimonio.gob.ec/la-residencia-de-creacion-artistica-propone-un-espacio-de-intercambio-de-experiencias/
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