18 nov 2024

Anhelos - El rezurcir de la obra gracias al teatro en movimiento de André Carreira

'Anhelos' actualmente responde a varias preguntas que se hicieron otros, y en esos otros y sus dudas reconocemos nuestras propias inquietudes -sin las que no podríamos constituirnos-, ante ellas otorgamos respuestas desde nuestro sitio de enunciación y desde nuestras circunstancias. Es ahí cuando aparece el teatro en movimiento, y una hilvanación de preguntas que otros se siguen realizando y nosotros seguimos respondiendo.

Pero, a riesgo de adelantar demasiado el camino de la historia, es necesario dibujar de mejor manera cómo ‘Anhelos’ pasó de ser una obra constituida y exhibida a empezar a buscar otra vez y a indagar en un nuevo proceso que abrió en nosotros también otras preguntas y otros caminos.

André Carreira, uno de los precursores en Brasil del teatro en movimiento -que él llama teatro invasión-, hacía una reflexión en su taller en Quito; preguntaba lo que sucedía con estos grandes teatros que solo se llenan (sobre todo después de pandemia) cuando se trata de condecoraciones, actividades gratuitas, conciertos u otro tipo de eventos alejados a las funciones de teatro. Ahora el teatro está en otras partes, hasta en el teatro como diría el maestro también brasilero Augusto Boal.

Es en esa inicial reflexión que nos preguntamos si ‘Anhelos’ es realmente una obra DE TEATRO y preferimos iniciar la exploración como una muestra creativa que se puede hacer también en un teatro, pero que va a empezar a caminar en lo transeuntico.

Alexandra Fernández y Cristina Figueroa, ahora directoras de calle y escénica-actoral de ‘Anhelos’, conocieron a André Carreira en una residencia que ganaron en el año 2022 en el Festival Internacional de Artes Vivas de Loja[1]; fueron seleccionadas de entre postulantes de todo el país para vivir 30 días de creación bajo el mando del maestro Carreira y dos directoras que le asistirían en la ciudad de Loja.

Para la selección de las y los residentes, el maestro Carreira que formaba parte del jurado, planteó la pregunta inicial de ¿cómo entiendes la ciudad?, y cuando la residencia inició; el maestro tuvo un percance con su trámite universitario que le impedía salir de Brasil, por lo que la residencia quedó a cargo de las directoras que asistirían al maestro.

Eso desembocó en una dirección on-line que funcionaba más o menos así: el maestro daba pautas, que las directoras entendían y traducían a sus propias circunstancias y las proponían a las y los actores quienes, también interpretaban lo que mejor entendían de las pautas dadas, y eso resultaba en una creación inédita en medio de una ciudad que no nos pertenecía y no conocíamos de nada.

La tónica del festival de Loja en ese año tenía que ver con la memoria, y en 2023 heredó de Carreira los encuentros en movimiento por lo innovador de la propuesta que no se pudo llevar a cabo en su totalidad, por esta imposibilidad del maestro de viajar.

La obra, sí tenía una dramaturgia que partió desde las consecuencias de las creaciones colectivas.

Para las y los actores que hicieron la residencia, incluyendo Alexandra y Cristina, fue una posibilidad preciosa, poderosa y tremendamente rica de probar ideas que jamás habían sido pensadas, ni propuestas en el país o mucho menos en sus formaciones actorales.

Fueron 15 días iniciales de conocer la ciudad, armar diferentes rutas, conocer las dinámicas de las y los habitantes de esos espacios, de mirar las construcciones como posibilidades, y de idear -todavía sin textos y sin dramaturgia- una relación entre seres desconocidos, para caminar hacia una idea común. También Cristina y Alexandra se conocieron allí en Loja.

Después de esos primeros 15 días, todos volvimos a nuestras respectivas ciudades, y en medio de ello Cristina planificaba su siguiente residencia: ‘Anhelos’ en Cuenca. Es así como esta primera parte de la residencia en Loja deja una huella presente en su manera de concebir el teatro, pero no hay impacto sobre ‘Anhelos’ hasta el retorno a los 15 días finales de residencia.

Para la segunda parte de la residencia de Loja, hubo también 15 días en medio para que los tres directores puedan escribir el texto de la obra que íbamos a poner en escena, esta se denominó ‘Alicia a través del olvido’ y recorría las calles Lourdes que es una emblemática calle patrimonial en la ciudad de Loja y muy reconocida dentro del festival de la ciudad; la calle Simón Bolívar -del ala derecha de la plaza de San Sebastián- y la calle Alonso de Mercadillo.

La obra se concebía como imágenes que se puedan mirar a larga distancia, donde estaba claro que no toda la gente iba a trasladarse con los actores hacia el final, sino que iban a ver escenas, si se encontraban con ellas en medio de su natural traslado por la ciudad, es ahí donde reside el carácter transeuntico de la obra, al hacer que la gente vea si desea o no toda la obra, y camine si desea o no, con las y los actores por las tres calles y la plaza sobre la que se realizaría la obra.

Sobre el texto, la obra tenía un guion constituido, todos los actores tenían parlamentos que decir, pero la consigna estaba en que, si dos o tres personas escuchaban la poética de los textos, era suficiente.

Cuando la residencia en Loja terminó oficialmente con las dos exhibiciones que se realizaron, Cristina llegó a Cuenca a montar ‘Anhelos’ y Alexandra se trasladó a Ambato, pues no pertenecía todavía al elenco de ‘Anhelos’.

Después de presentar en el teatro Pumapungo de Cuenca la obra de teatro ‘Anhelos’, el año terminó y en el mes de enero el maestro Carreira notifica que llegaría a Quito a impartir un taller en la Universidad Central del Ecuador y, al sentirse en deuda con las personas de la residencia, nos convoca a vivir un taller presencial en la ciudad, por cinco días. A este taller, asiste casi todo el personal que estuvo en la residencia de Loja, incluyendo a Cristina y a Alexandra.

Vivir esta experiencia fue significativa porque habría cambiado completamente lo que las y los actores realizaron en Loja, y el maestro compartió realmente cuál era su idea. Ante la imposibilidad de retroceder el tiempo, solo quedaba recoger y guardar este nuevo aprendizaje, y es ahí cuando Cristina, absolutamente movilizada por las nuevas experiencias y preguntas: (¿cómo me mantengo aquí [en este ejercicio, en esta obra]?, ¿cómo entiendo la ciudad?, ¿dónde está el teatro ahora?, ¿qué sucede con los grandes teatros que ya no exhiben obras de teatro?, etc.) se plantea la posibilidad de remontar ‘Anhelos’ con una propuesta que jamás habría concebido antes de conocer al maestro Carreira.

Como se ha mencionado en la investigación del pasado, el final de la construcción de ‘Anhelos’ fue caótico y generó unas heridas en las relaciones interpersonales del elenco que hizo mella en todos, sobre todo en Cristina, por lo que el equipo tanto actoral como de producción debió ser cambiado al completo, y donde el actor que personificó a Apolo fue el único al que se le solicitó retornar. En esta nueva convocatoria de actores, Cristina invita a Alexandra Fernández -que ya había hecho casting para participar en ‘Anhelos’- a ser parte, y a codirigir la propuesta que esta vez se realizaría bajo los lineamientos aprendidos con el maestro Carreira.

En esta nueva entrega de la investigación actual se abordará la poética, el lenguaje, la pedagogía, la teoría, el análisis, la crítica, la historia, el estudio de otras obras similares en contenido o formato, el marco teórico-práctico, el marco metodológico, los nuevos objetivos y las nuevas preguntas de investigación que movilizan este rezurcir de ‘Anhelos’.

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