Lejos de querer hacer piratería de esta autora ecuatoriana que he encontrado excelsa, pretendo darles la oportunidad de difundirla culturalmente, de compartirla, de conocerla, de buscar más de su poesía, espero que no se moleste por esto si llega a ver alguna vez que alguien ha compartido su poema, pero espero que sepa si lo ve, que estos ojos han encontrado en su poesía, el abrazo a mi corazón a retazos, el remiendo de mis heridas más leves y el alivio a las más profundas, me enamoré de nuevo y volví a amar por leer su trabajo.
Tarde en desvarío - Ruth Bazante Chiriboga
Qué sé yo del amor,
sin embargo escribo y le nombro,
y le marco de lunas,
y le pinto de ríos y vertientes.
Así, de pronto, entusiasmada,
me echo al mar de los sueños
una tarde de sol con espejismos.
Llevo por cualquier ruta,
de lluvia, de papel o desvarío
a caminar mi alma,
descalcita y desnuda
a ver si tú la encuentras.
Dueña ya de veleros de infinito,
de ilusiones marinas,
te llevo en mi crucero sin rumbo,
sin bandera, sin escuela,
con champagne y gaviotas,
solo entregada a ti con mis delirios
tendidos en la escalera frágil
de mañana,
con guitarras de espuma y caracoles.
Nos vamos a navegar
con una carta de amor sin hierros,
y sin yerros a encontrar la latitud
que cuadre en nuestros nudos líricos,
así mañana, en incendio de aurora
y llamarada,
navegaremos juntos,
perdiéndonos sin perdernos,
en aguas circulares, a cualquier hora,
con las manos unidas hasta herirnos.
Nos amaremos sin puntos cardinales,
haremos del sur un norte sin fronteras,
de cada beso, un río de milagros,
de cada punto, un puerto sin pañuelos
desde donde partamos sin horario,
sin importarnos si el día es noche,
o la noche es ajena.
Un puerto sin memoria
una dársena desde donde el amor
parta más limpio.
No tendremos pasado.
Para qué recordarlo.
Seremos siempre nuevos cada instante
para ser un presente entre tus labios,
y ser en todo el tiempo ser sin tiempo
amor en permanencia permanente.
Tu realidad la mía, la de ambos,
estrechándonos más en sinfonía.
En locura agradable haremos inclusive
que la aritmética, se derrumbe de bruces
en mitad de la luna,
aprendiendo a restar las soledades.
a un solo compás en jilguerío,
y al sumar nuestra piel
y sus angustias,
sumemos uno solo piel y alma,
armonía y acento,
ángeles y demonios.
Amándonos amor nos amaremos
en aguas circulares,
a presión,
a doscientos,
a golpes de corazón,
a tropel de latidos,
a limoneros frescos.
¡A desvaríos!
A tantas cosas, Amor mío,
por la única gracia de encontrarnos
con un amor entero. Florecido.
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