La música es ese espacio y tiempo que detiene, acelera o sostiene la vida de los seres humanos. Con ella nos reímos, lloramos, nos amargamos, recordamos cosas de un pasado feliz o nos adentramos en la nostalgia de cosas imposibles de cambiar. La música es eso que le da sentido a los estados de ánimo, cualquiera que estos sean.
En el planeta que habitamos cada vez parece haber más personas que se dedican a la música, a todos los géneros y subgéneros que existen y que parecen multiplicarse cada día, aún habiendo tantos, o tal vez justamente por eso, son pocos los que entran en la categoría de artistas, de esos que no se olvidan que esa palabrita existe porque se deriva de otra aun más grande, el arte. Uno de esos grupos que son gotas de rocío es Inti Illimani.
Esta agrupación chilena (decirles banda sería bárbaramente insultante), nació hace casi cinco décadas y no me quiero detener en la historia porque parece que los Intis en vez de llevarla a cuestas, van caminando de la mano con ella. La sacan a pasear y la hacen crecer como han crecido ellos y cambiado con su música, cambiado en el buen sentido, sin olvidarse de lo que han construido, de los problemas, de las cosas buenas, de lo que los motivó a hacer música, de lo que les dolía. Todo va con ellos.
Soy una fan (también creo que es una palabra inadecuada, pero a falta de otra) de estos músicos completos, tocan los instrumentos que usan de una forma muy artesanal, nunca les he escuchado fallar, tal vez lo hagan alguna vez, pero yo siempre los he escuchado estar ahí, metidos en su trabajo y hacerlo de forma limpia en todo el sentido de la palabra, con letras que se vuelven poesía; luego cantan y la voz, como una liebre a veces salta, a veces aflora, a veces se detiene a pausar. Los admiro por esa forma de hacer música como alimento del espíritu, como siempre los he descrito, un bálsamo del alma.
Quiero que se tomen un ratito de sus vidas para escucharlos, tal vez como a mí, la experiencia les cambie el oído, las lágrimas, les cambie el gusto por una música que nació en pro de los derechos, de las historias y de la misma música. El Sol más grande del Illimani, la música de Inti Illimani.